TRISTE PERO CIERTA
Eran una pareja que había vivido de todo. Desde la Guerra Civil hasta la llegada de la democracia. Ambos con valentia habían vivido tanto los mejores como tambien sus peores momentos del país.
Pero él, trabajador incansable, solo tenía un defecto, un pequeño vicio. Este vicio era peligroso que le atacaba lentamente y puede llegar a matarlo.
Al final, llegó el terrible diagnóstico: cáncer de pulmón. El tabaco le había costado su sentencia de muerte.
Ella en sus últimos suspiros le tomó de las manos y le dijo: Gracias, gracias por todo lo que me has dado. No sé si hay algo tras la muerte, pero sea lo que sea espero que me estés esperando.
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